PAULA MORALES Y FABIAN VENA, A DOS SEMANAS DE SER PADRES

No falta nada, ellos lo saben y por eso luchan contra la ansiedad. Es inevitable. Paula Morales (32) y Fabián Vena (46) piensan todos los días cómo será, qué ojitos tendrá, a quién de los dos se parecerá. En tan sólo dos semanas la pareja de actores tendrá en sus brazos a Valentino, su primer niño. Si bien Paula es mamá de Benicio y Fabián de Cielo y de Vida, “Veni”, será el primer fruto de su amor. Por eso emocionados, Paula y Fabián aprovecharon estos los días de diciembre para salir a pasear por Palermo, en soledad, y hacer algunas compras para su bebé.

Tarde de besos y romance para la pareja de actores. Ambos esperan la llegada de Valentino, el primer hijo que tendrán juntos en la primera semana de enero.
“Me siento en estado pleno. Disfruté todo el embarazo y estoy disfrutando de la últimas semanas de la panza. La verdad es que no tuve ningún malestar y me siento feliz. Con Fabi estamos algo nerviosos pero tratamos de manejar la ansiedad con mimos y rodeados por la familia. Ya pronto vendrá”, contó la actriz que aún con ocho meses y medio de embarazo brilla en la obra de teatro: “La piedad y los animales”.
Inseparables, Paula cuenta que ama compartir su tiempo con las hijas de Fabi y su hijo y que todos juntos conformaron una gran familia. Vena, padre dedicado y amoroso, viaja todas las semanas de Buenos Aires a Mar del Plata, ya que en esa ciudad protagoniza “Sacco y Vanzetti”, en el Teatro Auditorium.
“Fabián es un amor, ¿si supieran lo cariñoso que es? ¡El padrazo que tienen sus hijas! Estamos muy enamorados y ahora los Reyes Magos nos van a traer a nuestro hijo de regalo”, contó Paula a CARAS.

Durante el paseo ambos se mostraron muy acaramelados y “Pau” lució su gran panza. Orgullosa de ella, a cada paso que daba se acariciaba el vientre, como si estuviese mimando a su hijo. Dueña de una belleza natural, la hija de Victor Hugo Morales luce hermosa y radiante con la belleza típica de una embarazada. “No me preocupa si aumenté mucho o poco. Lo importante es que mi bebé se haya alimentado bien durante el embarazo. Ya habrá tiempo para ponerme 10 puntos otra vez (risas)”, dijo Paula muy feliz, y no es para menos, en tan sólo dos semanas, o quizás antes, tendrá su segundo varón.

La ficción se volvió realidad. La actriz e hija del periodista Víctor Hugo Morales entró separada y con un hijo a trabajar en la tira de Telefé Somos Familia. Pero el romance que ocurría en los sets con su compañero de elenco Fabián Vena (46) traspasó las cámaras. “Es mucho tiempo de espera, hay bastante bache y nosotros teníamos camarines pegados. Cafés, tés, mates, charlas. Todo se fue dando de a poco. No podría definir un momento en el que dije estoy enamorada. Pero de pronto cuando los dos nos dimos cuenta que así era, no hubo vuelta atrás y no nos pudimos despegar más”, relata romántica Paula (32) de la agencia Multitalent.
 La novela terminó hace semanas y también tuvo final feliz. En la vida real, los tórtolos esperan un hijo varón para febrero, pero con los hijos de parejas anteriores serán en total 4 los niños en casa: Benicio (8), Cielo (5), Vida (4) y el nuevo integrante que se llamará Valentino.
-¿Cómo eligieron el nombre? -
Nos encanta a los dos, pero desde un primer momento fue a Fabián al que más le gustó. Tiene personalidad, mucha fuerza y aparte, combina divino con el apellido.
¿Cómo se enteraron que estaban en la dulce espera?
-Al mismo tiempo, mientras hacíamos el test de embarazo y fue hermoso. Yo empecé con los síntomas y quisimos sacarnos la duda, pero nos sorprendió que viniera tan rápido. Es un bebé super deseado, lo re queríamos, pero no sabíamos cuánto tiempo nos iba a llevar que llegara... Todo se dio rápido. A los siete meses de estar juntos nos fuimos a convivir, nos pusimos a buscar y al mes apareció. Nos sorprendió y fue una alegría enorme.
-¿Cómo se conecta Fabián con la panza?
-Está conmovido, emocionado, muy protector...ya era de cuidarme, y ahora, ¡imaginate! Está viviendo otra dimensión, maravillado ante el crecimiento de un ser desde la panza, me acompaña a todos los médicos, las ecografías... Es un bebé inquieto, no para de moverse y eso lo fascina. Está muy involucrado por suerte.
-¿Cómo tomaron los hijos de ambos la noticia de un nuevo hermanito?
-Benicio estaba pidiéndome un hermano hace rato, entonces cuando le conté fue una gran emoción, no podía creerlo; es más, pensaba que le estaba haciendo un chiste. Tiene un vínculo divino con la panza, conmigo, me pregunta cómo me siento, me cuida..las nenas se lo tomaron súper bien también, le dan besos a su futuro hermano. Es como un bebé que viene a unir, porque están todos esperando a un hermanito en común. Si bien ellos están muy juntos y se llevan genial, hubo onda desde el principio.
- Al comienzo cuando se engancharon con Fabián ¿hubo temor de iniciar una relación habiendo hijos de ambas partes?
- Sí, existía esa sensación de que algo podía suceder...Obviamente los dos amamos a nuestros hijos y queríamos verlos bien, pero nos la hicieron tan fácil los tres y los vemos tan bien y felices que decimos todo el tiempo que evidentemente hicimos las cosas de la manera correcta. Ellos son el reflejo de que la felicidad no se equivoca, al estar felices nosotros, lo están ellos.
-¿Y cómo resultó la convivencia?
-Fabián me acompaña, es super dulce, cariñoso, amamos estar juntos, vamos al médico, nos pasamos a buscar por el teatro. Por ahí él lleva a Benicio a la escuela para que yo descanse un poquito más, yo me quedo durmiendo con las nenas, que van a la tarde, y al mediodía las llevamos los dos al cole. Somos muy pegotes, extremadamente, desde que se dió el amor estamos así: ¡no nos soltamos!.
-¿Qué es lo que más te atrae de él?
-Todo...tiene muchas cualidades, pero si te dijera algo sería por ahí la química. Eso que te pasa en contacto con el otro, y no hablo sólo de lo físico. Por ahí te encontrás con alguien que tiene todas las cualidades que te gustan y sin embargo no te sucede eso que tiene que suceder para enamorarte. Yo tuve la suerte de que me pasara con una persona que encima tiene todo lo que me gusta de un hombre. Además de que es súper protector es mi mejor plan donde sea, salgamos o no, con los chicos o no, tenemos unas charlas increíbles, por ahí nos colgamos y son las cuatro de la mañana y seguimos filosofando. Disfrutamos mucho juntos. La confianza es muy importante y la conexión que tenemos también. .
-Estás en un buen momento de laburo ¿Pensás tomarte mucho tiempo de licencia?
-Estoy de gira con La piedad y los animales. Pienso hacer algunas participaciones como hice En Terapia ya con panza, porque me encanta trabajar y tenemos un oficio flexible. Yo a Benicio me lo llevaba a todos lados y él se acostumbró sin problemas. Para mí era la ecuación perfecta porque no se despegaba y yo podía hacer cosas. Obvio que un poco voy a parar y esta segunda vuelta tengo ganas de que sea más tranquila, pero nunca dejaré de hacer cositas.
-Se armó debate entre Marcelo Tinelli y Paula Chaves por el método de crianza con apego que ella aplica con su hija, que propone dormir con el bebé, que esté a upa todo el tiempo, y amamantar sin límites de edad ¿Estás más cerca de la posición de Paula o de Marcelo?
-No soy partidaria de nada. No tengo ninguna bandera. Creo que con cada hijo uno va viendo. Las necesidades del bebé, las de uno y ahora, que vamos a tener cuatro en casa, tampoco se puede ser tan ortodoxo con algunas cosas. Para mí está bueno que si es grandecito no duerma con los padres, pero soy relajada con esas cosas. Obviamente uno quiere lo mejor para un hijo, pero a veces te podés equivocar en el trayecto, al fin y al cabo la verdad de cómo se cría no la tiene nadie, se va viendo en el camino.
-¿Qué es lo que más te gusta de esta segunda experiencia con panza?
-Estoy fascinada con este embarazo. Los tres primeros meses tuve nauseas, un poco de asco a algunas cosas y sueño, pero fue cumplir el primer trimestre y sentirme plena, llena de energía, de vitalidad. Tengo ganas de todo, no paro. Sigo con gimnasia, estoy haciendo yoga, lo acompaño a Fabián en las giras; sino salimos al cine, los cinco, los dos solos, vemos amigos. Disfruto del presente.
-No te gusta que te hablen de tu papá, pero es inevitable querer saber qué opina de tu nueva vida...
-No es que no me guste, prefiero no hablar en nombre de otra persona. Además de que no le pregunto su opinión. Simplemente y como siempre, en cada cosa, si él me ve feliz, está feliz. Un nuevo bebé es motivo para festejar en cualquier familia.
-¿Cuál es el mejor momento de tu día?
-Muchos, pero uno especial es sin dudas cuando Fabi llega a la una de la mañana del teatro y lo espero con algo de comer. Es nuestro rato para charlar y estar solos.
-¿Se casarían?
-Me casaría, pero creo que el mayor compromiso es la familia que estamos armando. Casarse o no ya no es lo importante.
-¿Crees que como dijo Inés Estévez, la ex de Fabián, este hijo será muy reparador para él, ya que siempre había querido tener hijos biológicos?
-En eso no me voy a meter, si es sanador, lo tiene que decir él. Yo sólo puedo decir que lo veo feliz y que cuando lo miro con sus hijas reconozco ese amor de padre tan hermoso. Es súper presente, le sale la paternidad por los poros, es esa gente que realmente es padrazo y el amor que tiene por sus hijas se siente más allá de todo, así que no creo que haya ninguna diferencia entre sus nenas y un hijo biológico, porque para para mí y para él es lo mismo. No tengo ninguna duda, lo sé.
-¿Cómo imaginás que va a ser el futuro inmediato que se viene con un bebé chiquito en una familia ensamblada y numerosa?
-¡Un hermoso caos! (risas). Para mí, implica empezar de cero con pañales y mamaderas, transnochar...pero me siento en un estado ideal para que llegue, estoy en plenitud total. Este bebé viene a unir a la familia en sí, no a la pareja, porque yo no creo que un hijo venga a separar ni a unir una pareja, pero si una familia.

Ayer fue la presentación de la tercera temporada de En terapia, la exitosa serie que empezó ayer en la Televisión Pública y cuenta con grandes figuras como Diego Peretti, en su rol de psicólogo, Cecilia Roth y Darío Grandinetti, entre otros.

La actriz, en la dulce espera junto a Fabián Vena, habla de todo en una entrevista exclusiva con ¡Hola! Argentina
Me parece increíble pensar lo mucho que cambió mi vida en tan poco tiempo", dice Paula Morales (32) cuando reconstruye su historia de amor con Fabián Vena (46). Hace un año y medio, ella vivía con su hijo Benicio (8) –fruto de su matrimonio con el psicólogo Martín Lembo– en un departamento en Palermo y recién empezaba con las grabaciones de la comedia Somos familia junto al conocido actor. Al igual que en la ficción, donde sus personajes vivían un apasionado romance, la exmodelo y Vena no tardaron en enamorarse. "Apenas nos dimos cuenta de lo que nos amábamos, quisimos tenerlo todo", cuenta entre risas. "¿Viste cuando no querés despegarte ni un minuto y no ves la hora de empezar a construir una vida juntos? Eso nos pasó y así lo estamos viviendo", cuenta la hija del periodista Víctor Hugo Morales (66). A los siete meses, probaron la convivencia y al mes ella estaba esperando un bebé. Hoy, bellísima y feliz, Paula disfruta del embarazo junto a sus dos hombres y las pequeñas Vida (5) y Alma (4), las hijas que Fabián adoptó con su exmujer Inés Estévez.

–¿Cómo estás viviendo este momento?

–Siento una felicidad indescriptible. Creo que este embarazo lo disfruto desde otro lugar. Cuando nació Benicio, yo tenía 24 años; hoy me siento más plantada y conectada con el momento que estoy atravesando. Hay una conexión muy fuerte con el bebé, con Fabián, con la familia. Es muy tierno ver cómo Benicio y las hijas de Fabián están esperando a su hermanito. Me parece que este bebé viene a unir a las dos familias y a llenar de amor nuestro nuevo hogar.

–De repente, tenés una familia ensamblada y numerosa.

–Tanto para Benicio como para mí nos resulta alucinante esta experiencia. Estamos en otra dimensión, algo que nunca habíamos imaginado. Pensar que hace tan sólo unos meses éramos él y yo, y de golpe ahora somos un montón. Lo maravilloso es que los chicos se llevan bárbaro entre ellos; se entienden como hermanos. Las chicas adoran a Benicio y él, que siempre quiso tener una familia grande, se muestra muy protector con ellas. Por suerte, todo fluyó muy bien. A veces Fabián se encarga de llevar a Benicio al colegio y yo me quedo con las chicas. Somos una verdadera familia.


Foto: Tadeo Jones
–Estás en el quinto mes de embarazo?

–Me encanta sentir las patadas. Para Fabián es como un show, se queda horas tocando la panza. Es un bebé muy inquieto, no para de moverse.

–¿Tenés antojos?

–Ya no, pero durante los primeros tres meses sentí una imperiosa necesidad de comer frutas y tomar jugos naturales. Lo gracioso es que jamás fui de comer sano. [Risas]. Era obvio que me lo pedía el cuerpo. Ahora que pasé la primera etapa, todo volvió a la normalidad. Ya retomé la dieta diaria de los chocolates y las cosas ricas.

–¿Cómo es Fabián de compañero?

–Fabi trata de que siempre estemos bien, es atento y nos cuida mucho. Y estando embarazada más todavía, con el tema del cambio hormonal, casi que me transformé en otra persona. Yo, que no suelo llorar, al principio me emocionaba y cualquier discusión era un mar de lágrimas y él, pobre, no sabía cómo ayudarme. Por suerte, volví a ser yo.

–¿Pensaron nombres para el bebé?

–Sí, pero todavía estamos debatiéndolo. Los chicos nos propusieron varios. Pero a Benicio, por ejemplo, le gustan nombres de otra generación: Roberto o Alfredo. Ya le dijimos que no.

–¿Qué dijo tu papá cuando le contaste la noticia?

–Estaba feliz. En realidad, no hubo mucha ceremonia, en ese sentido soy bastante descontracturada. Fue por teléfono, la llamé a mamá y ella les contó a los demás.

–¿Cómo reaccionaron tu hijo y las hijas de él?

–Superbien. Todo el tiempo me dan besos en la panza y las chicas cuando se despiden de mí también se despiden del bebé. Fue un embarazo buscado: los dos queríamos tener un hijo. Una vez que dijimos que sí, le dimos para adelante y fuimos por todo. [Risas]. La verdad es que nunca pensamos que iba a ser tan rápido. Pero cuando tiene que ser, es. De hecho, cuando fuimos a buscar nuestra casa, nos enamoramos de la primera que vimos. Y al tiempito de habernos mudado, me enteré de que estaba esperando un hijo. Por eso te digo: cuando hay amor, todo es simple. Si ya empezás empujándola y remándola es porque tal vez no es el momento.


Foto: Tadeo Jones
–¿Cómo es la convivencia?

–Con Fabi somos muy compañeros. Ahora que él está con gira en el interior con la obra Sacco y Vanzetti, cuando puedo, los fines de semana me voy con él.

–¿Cómo empezó su historia de amor?

–Yo lo admiraba mucho y trabajando nos llevábamos muy bien. Me parecía un tipo divino, había química, pero lo veía sólo como un buen compañero. Sin embargo, de a poco se fue dando. Durante las grabaciones hay mucho tiempo de espera: el café de la mañana, los mates, los almuerzos. Así fue como nos empezamos a ver con otros ojos, y cuando arrancamos, pusimos quinta y no paramos.

–¿Primera salida? ¿Primer beso?

–Eso no te lo puedo contar. [Risas]. A veces las cosas llegan cuando uno menos las espera, pero también llegan cuando una está preparada para recibirlas. Hacía dos años que estaba sola y realmente lo estaba disfrutando. No buscaba conocer a alguien, pero tampoco estaba del todo cerrada.

–¿Tenías relaciones casuales?

–No, no es mi estilo. Para estar con alguien tengo que enamorarme, y me enamoré. Nunca me imaginé que podía tener una relación así, sin tener que resignar nada. Justamente el otro día le decía a él: "Qué lindo haber encontrado en esta etapa de nuestras vidas una relación en la que lo tengamos todo". Nuestro amor se basa en la libertad absoluta: nos decimos todo, nos contamos todo. Tenemos nuestras charlas hasta las cuatro de la mañana, no lo podemos creer.

–¿Quieren casarse?

–Yo me imagino en todas las situaciones, lo haría sin dudarlo. Pero hoy, el casamiento no es algo que me desvele. Me casaría con Fabi, pero ahora nuestro mejor compromiso es la familia que formamos.

–Para terminar, hace unos días tu padre fue criticado por sus dichos sobre la vida en las villas. ¿Cuánto te afecta esto?

–De ese tema en particular no voy a hablar. Lo único que puedo decir es que hace tiempo que aprendí a vivir con la exposición pública; estoy acostumbrada a que hablen de papá. A veces me molesta y otras, me lo tomo con tranquilidad. Papá es periodista y yo soy actriz y en ese sentido cada uno sigue un camino diferente.